La votación del CSN sobre Garoña desacredita al organismo a nivel nacional e internacional

La imagen del Consejo de Seguridad Nuclear queda profundamente desacreditada tras la votación de hoy en el pleno. La decisión favorable a la prórroga de la central de Garoña demuestra falta de independencia. El Ministro de Industria, tras sus conversaciones con Nuclenor, ha hecho un daño enorme a la institución garante de la seguridad nuclear al forzarla a tomar una decisión en un tiempo ridículo.

Los técnicos se verán obligados a estudiar la seguridad de una instalación nuclear en 7 días garoña itxi orainnaturales y solo 5 laborables, contraviniendo las recomendaciones del OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) en que se recomiendan espacios de varios meses para la realización de estos informes. De hecho, tres de los cinco consejeros presentes afirmaron hace un año que no podían emitir un informe sobre la seguridad en menos de 9 meses. La decisión hace mucho daño a la imagen del CSN a nivel nacional y a nivel internacional; puesto que todos los reguladores europeos estaban pendientes de los sucesos españoles.

En estos momentos se abren varias incógnitas desde el punto de vista técnico que arrojan dudas sobre cómo quedará el estado de seguridad de la central durante este tiempo. Para empezar, la autorización de permanecer en parada fría es inédita y marca un peligroso precedente a nivel mundial.

Además, el CSN en su informe de 2009 daba a la central la autorización condicionada para funcionar hasta 2019, con la condición de realizar una serie de importantes reparaciones en 2013. Entre ellas el cambio de cientos de metros de trenes de cables que sirven para monitorizar los parámetros de la central. ¿Se forzará a Nuclenor a realizar estas reparaciones?

Existían también varias acciones derivadas de los “stress tests” que debían tomarse en 2014. Cabe preguntarse si los técnicos del CSN tendrán capacidad para acometer tales reparaciones y en qué niveles de seguridad se tendrán si no se acometen unas y otras obras. Los técnicos del CSN, que han resultado ejemplares en los últimos tiempos no se merecen que se les coloque en esta situación.

La decisión ha sido finalmente por votación, no unánime y ha sido necesario el voto de calidad del presidente para inclinar la balanza. Esto muestra que no había argumentos técnicos de suficiente peso para dar la autorización, lo que nos lleva a pensar en una decisión política.

Hemos visto como el lobby nuclear ha torcido el brazo de un gobierno democrático. No fue suficiente con revocar la orden ministerial de 2009 a medida de Nuclenor, ha habido que introducir esta enorme presión sobre el CSN para satisfacer los intereses de una empresa privada. Nos preguntamos qué se estará negociando entre ENDESA, Iberdrola y el Gobierno para dar tan lamentable espectáculo

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