El derrumbe del vertedero de Zaldibar no se trata de un accidente, sino de la consecuencia del modelo de gestión de residuos

La plataforma Zero Zabor Bizkaian, en primer lugar, quiere compartir el dolor con la familia y las compañeras y compañeros de los 2 trabajadores sepultados, Alberto y Joaquín.

Denunciamos que lo sucedido no es un accidente, sino una consecuencia fatal del modelo de gestión de residuos que llevan a cabo el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Bizkaia, demostrando una vez más que no se ponen los esfuerzos suficientes en velar por la seguridad de las instalaciones, y en consecuencia de la ciudadanía. En la base de esta situación se encuentra el carácter privado de la gestión de los vertederos que, en la búsqueda del máximo beneficio económico, elimina las garantías necesarias de seguridad de los mismos. Una vez más, vuelven a repetirse incidentes e irregularidades graves que se suman al reciente caso de los incendios en el vertedero de Zalla (aún sin aclarar), y aparecen nuevos, como el sospechoso anuncio de cierre del vertedero de Mutiloa en plena crisis de Zaldibar o el vertedero Gardelegi de Vitoria-Gasteiz, que durante años ha vertido lindano a las aguas del Zadorra.

En el caso del vertedero de Zaldibar a pesar de ser gestionado por Verter Recycling 2002, el Gobierno Vasco es el responsable del control de la actividad y de hacer cumplir la normativa. Sin embargo el vertedero de Zaldibar, el mayor vertedero de la CAPV, presentaba muy graves irregularidades:

  • El vertedero recibió residuos peligrosos sin autorización durante un periodo de tiempo indeterminado, tal como advertía una sentencia en 2015, por lo que desconocemos qué residuos hay y en qué estado se encuentran.

  • En un informe emitido por la Administración, el vertedero recibió la calificación más baja en cuanto al cumplimiento de la vigilancia ambiental y de la Autorización Ambiental Integrada. Esas deficiencias hubieran requerido, por parte de la Administración, una apertura inmediata de expediente sancionador, sin esperar 8 meses a incoarlo. Sin embargo, se esperó a Noviembre de 2019 para abrir expediente y se le dio un plazo de 30 días para subsanar las deficiencias, plazo que venció y no cumplió la empresa. Las consecuencias, a la vista de lo sucedido, no pueden ser más trágicas.

  • En opinión de diversas personas expertas en geotecnia, el emplazamiento del vertedero no era adecuado: la pendiente excesiva sobre una autopista de tráfico constante, y un emplazamiento cercano a poblaciones, refuerzan estas opiniones. Todo ello nos lleva a reflexionar sobre la forma en que se conceden los permisos para este tipo de instalaciones.

  • Denunciamos la falta de previsión, del Gobierno Vasco y Administraciones públicas para afrontar la emergencia producida por el derrumbamiento del vertedero, tanto en los primeros momentos para acceder al rescate de los trabajadores sepultados, sin las medidas de protección adecuadas, como posteriormente, no advirtiendo adecuadamente a la población de la contaminación existente por dioxinas y furanos, una contaminación previsible al estar quemándose plásticos y otros materiales como amianto, etc. La Administración (el Gobierno Vasco) era totalmente consciente del metano existente y de que los incendios generados por esta acumulación de metano no se pueden apagar con agua, como se intentó hacer en los primeros días.

Consideramos también que esto ha sido consecuencia del ‘abandono’ que sufre el Departamento de Medio Ambiente, y en particular el área de residuos, con escasos medios y recursos para afrontar la tarea de control necesaria que un servicio público como los vertederos requiere. La Gestión de los Residuos, en el año de la declaración de la Emergencia Climática, requiere algo más que declaraciones grandilocuentes.

La Administración debe proporcionar seguridad y tranquilidad a la población a la que sirve, recuperando la credibilidad perdida, mediante una correcta gestión y control de los vertederos. Debe garantizar la transparencia sobre el origen de los residuos vertidos, tanto en el caso del amianto como de otros posible vertidos de residuos peligrosos.

Por todo lo expuesto la Plataforma Zero Zabor Bizkaian solicita que se cumplan los siguientes puntos básicos y de suma importancia:

  1. Que se dé máxima prioridad a la recuperación de los cuerpos de Alberto y Joaquín.

  2. Que se aclaren sin dilación las causas y estado del derrumbe, caracterización de los residuos y origen de dichos residuos, y de forma especial, exigimos se aclaren estos aspectos en lo que se refiere al amianto. Asimismo que se informe detalladamente el destino de los residuos.

  3. Total transparencia e inmediatez de la información sobre la contaminación de aire, agua y suelos provocada a raíz del derrumbamiento del vertedero de Zaldibar.

  4. Garantías en la seguridad y salud de la ciudadanía afectada.

  5. Asunción de responsabilidades, tanto de la empresa Verter Recycling 2002, como de las administraciones publicas implicadas, por la alarmante ausencia de control sobre los residuos que acaban en vertederos.

  6. Que la información sobre el resto de vertederos de la Comunidad Autónoma del País Vasco, sea clara, veraz y transparente

  7. Que los vertederos, como servicio publico que son, dejen de ser un negocio privado, y pasen a ser de gestión y control publico.

Lo sucedido en Zaldibar nos ha puesto frente al problema de los residuos y nos demuestra una vez más la necesidad de un cambio en el modelo de gestión de residuos que habrá que afrontar con urgencia. Más si cabe, teniendo en cuenta que el territorio histórico de Bizkaia se rige por un PIGRUB (Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos de Bizkaia) finalizado en 2016 y prorrogado desde entonces. Urge un nuevo Plan, elaborado de forma transparente y con participación democrática.

 

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