Un proceso imparable que solo afecta al 13% del sistema vial


Hay una tendencia que se está dando en todas las ciudades: la de ir progresivamente incorporando total o parcialmente una velocidad en los viales no superior a 30 km/h
. Es el caso de Pontevedra, Oviedo, Bilbao, Burgos, Pamplona, Barcelona, Soria, Zaragoza, Palma, Salamanca, Madrid, Cuenca, Valencia, Córdoba, Sevilla, Cádiz, Málaga, Murcia y Las Palmas.

Otras ciudades europeas también han adoptado el límite genérico de velocidad máximo de 30 km/h en sus centros urbanos. Entre ellas están Dublín, Londres, París, Lyon, Milán, Roma, Bruselas, Viena, Berlín, Copenhague, Estocolmo, Helsinki y Looz.

Como ejemplo donde la limitación de la velocidad junto a otras medidas han contribuido a la disminución del número de accidentes se encuentra Pontevedra. La implantación del límite máximo de 30 km/h en todo el casco urbano, con zonas incluso con límite 20 km/h combinada con la preferencia peatonal, la eliminación completa de barreras en toda la ciudad, la eliminación del estacionamiento regulado en la ciudad, que se sustituyó por el estacionamiento gratuito en el centro por tiempos cortos de 15 minutos o grandes parkings gratuitos permanentes en la periferia, han situado a esta localidad en un ejemplo mundial de convivencia entre la circulación rodada y peatonal. En los últimos 20 años y tras sus medidas, Pontevedra ha logrado reducir un 78% el tiempo perdido en atascos mejorando un 35% la fluidez.

Bilbao, por su parte, es la primera ciudad con más de 300.000 habitantes que impone en todos sus viales urbanos una velocidad máxima de 30 km/h, una limitación que fue implantada hace ya 16 meses con resultados importantes. Por ello:

1.- La nueva normativa solo afecta al 13% del vial existente
En Bilbao, antes de la actual directriz, ya se circulaba a 30km/h en el 87% de los de los 477 km de viales. Por lo tanto, la ‘nueva’ normativa afecta solo al 13% de la red, la que ha pasado de 50 a 30 km/h, un total de 48 kilómetros.

Antes de aquella primera normativa, la velocidad media en la ciudad ya era inferior a 30 km/h, 29,6 km/h concretamente. Una vez de aplicada, la velocidad se ha reducido en un 5%, a 28,2 km/h.

2.- Siniestralidad
Bilbao es una ciudad en la que la mayoría de los desplazamientos, un 61%, se realizan andando. Solo el 10% de la población se desplaza en coche. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un atropello a 50 km/h el riesgo de que sea mortal es ocho veces mayor que si se produce a 30 km/h.

En el caso de Bilbao, los accidentes con víctimas se redujeron en un 10% desde que se empezó a desarrollar la política de calles 30 km/h, hace 16 meses. En la segunda mitad del año pasado se produjeron 356 siniestros, frente a los 397 que ocurrieron en el mismo periodo del 2017.

3.- Emisiones de gases invernadero
Un límite de 30 km/h ayuda a disminuir el cambio climático porque una velocidad inferior significa menos emisiones de dióxido de carbono. Bajar la velocidad está asociado con la reducción de partículas en suspensión que levantan los vehículos a su paso por las vías. Además, una menor velocidad aumenta el ahorro energético mediante la reducción del consumo de combustible y el cambio de hábitos de conducción.

Desde la limitación, en Bilbao no se han vuelto a producir los picos de gases de efecto invernadero por encima de los valores recomendables que se dieron en el 2016 y el 2017.

4.- Reducción de la contaminación acústica
Según el mapa del ruido de 2017 el tráfico era la principal causa del ruido. Con la aplicación de la normativa de calles 30 km/h la contaminación acústica se ha reducido en 3 decibelios.

5.- Seguridad y ampliación del uso de la bicicleta
Está constatado que se incrementa significativamente el número de peatones que transitan por las calles y que el uso de la bicicleta en las zonas 30 aumenta entre un 15 y 20%, mientras que disminuye el uso de vehículos con motor, uno de los objetivos de las políticas europeas.

La limitación a 30 km/h ha dado más espacio y seguridad a las bicicletas, lo que sumado a la mejora del servicio del alquiler municipal y la incorporación a la flota de pedaleo asistido, ha disparado su uso. 50.000 personas emplean la bicicleta en Bilbao cada semana.

6. El transporte público
La velocidad media del transporte público, Bilbobus, esta 11 km/h (PMUS). La invasión de los coches en las vía exclusivas para ello, así como los continuos atascos con los que se enfrenta, provocan que se reduzca tanto su velocidad. Paradójicamente, una reducción de la velocidad a 30km/h, mejora la fluidez del tráfico al circular los coches a velocidades más uniformes.

El debate abierto con la aplicación al conjunto de la ciudad de una velocidad de 30 km/h se reduce a un cambio que solo afecta al 13% del sistema vial, especialmente, a las entradas y salidas de la ciudad. Hace tiempo que el conjunto de los viales está a 30 km/h y sus ventajas son importantes, como se ha demostrado. ¿Por qué plantear ahora este debate? ¿A quién beneficia?

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