TIC, TAC, TIC, TAC

Es posible que al exponer estas ideas algunas personas nos tachen de alarmistas o de mentirosos porque no creen que el cambio climático exista o que no revista graves consecuencias para la vida en el planeta, que es un cuento de radicales y de ecologistas porque supuestamente vamos en contra del llamado progreso desarrollista, pero opinamos que los casos que vamos a mencionar son claro ejemplo del daño que estamos haciendo al planeta y de las consecuencias que esto acarrea. Lo que exponemos son algo más que meras opiniones porque cada vez son más l@s científic@s que avalan estos hechos, pues estudios realizados durante décadas y en diferentes lugares del planeta concluyen invariablemente que nos estamos cargando el planeta con nuestras emisiones de CO2. Los datos que estamos muestran una de las caras más graves de esta situación, y lo que hoy día está ocurriendo a miles de km en un futuro no muy lejano nos tocará a nosotr@s. Habida cuenta de que algunas de las consecuencias de este cambio climático también están influyendo en Euskal Herria.

Es cierto que la climatología tiene sus ciclos, sus dientes de sierra, pero hoy día ni siquiera los más escépticos pueden negar el deshielo de los polos, la desertización, los cambios de las temperaturas, de las precipitaciones e incluso que estas son más duraderas y más virulentas, causando grandes destrozos y pérdidas de vidas humanas. Todos estos hechos nos enseñan la multiplicación de los fenómenos meteorológicos adversos que ocurren en el mundo y que son consecuencia del cambio climático que sufre este planeta. Si decimos todo esto también estamos obligados a decir algo que es obvio, que el cambio climático tiene un componente de clase y un componente periférico, pues son las clases populares, y especialmente las clases populares de las zonas más explotadas del planeta quienes más sufren todas estas consecuencias no siendo quienes más CO2 emiten a la atmósfera. Los países pobres, y concretamente los sectores más socialmente vulnerables dentro de ellos, pagan los platos rotos de lo que hacen los países ricos.

Algunos ejemplos de estos fenómenos meteorológicos:

* El año 2.019 el ciclón Idai asoló Zimbabwe, Malawi y Mozanbique donde murieron más de 100 personas y millones de ellas se quedaron sin alimentos y sin los servicios básicos, condenando a cientos de miles a la migración climática, al quedar arrasados los campos de cultivos y sus infraestructuras.

* En el llamado Cuerno de África (Somalia, Yibuti, Eritrea y Etiopía) con una población de más de 115 millones de habitantes y como consecuencia de las repetidas y largas sequías, mueren todos los años miles de personas. En la sequía ocurrida en el año 2.011 murieron más de 260.000 personas. Según datos de la organización UNHCR-ACNUR hay más de 944.000 niñ@s que sufren desnutrición aguda y más de 808.000 personas están refugiadas en otros países.

* Los monzones son frecuentes en la zona del sur de Asia, suelen ocurrir hasta dos veces al año, pero los daños que estos producen se han incrementado gravemente. Como botón de muestra traemos el que ocurrió en el 2.018, sobretodo en la India, Nepal y Bangladesh, donde quedaron arrasadas más de 1.500.000 de viviendas, con más de 1.200 personas muertas. En el del 2.019 varios cientos de personas murieron y/o desaparecieron. En el 2.020 más de 1.000.000 de personas quedaron aisladas buscando los lugares más altos y contabilizándose más de 200 muertos. Otro de los daños que acarrean estos monzones son la destrucción de las infraestructuras de conducción y almacenamiento del agua potable, que al quedar destruidas los sobrevivientes pueden enfermar o morir por enfermedades como el cólera, la disentería etc.

* El fenómeno conocido como “el Niño” suele dejar su huella de destrucción por la zona de Centroamérica y lo hace en forma de sequía. Pero lo que hasta hace unos años suponía una temporada seca de tres meses, a consecuencia del cambio climático se están viviendo hoy en día temporadas secas de hasta seis meses. En los países empobrecidos como los de esta zona, (Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua etc) la economía de subsistencia de la población se basa sobretodo en la agricultura. La conjunción de una población mayormente pobre, agricultura de auto-consumo y una sequía agravada, tenemos todos los componentes para un desastre ecológico y humanitario seguro.

Hay científicos que aseveran que lo que se hace en un lugar, en un futuro próximo la consecuencia puede aparecer en otro lugar del globo (el efecto mariposa). Las últimas inundaciones ocurridas sobretodo en Alemania y en Bélgica se “veían” venir después de largos periodos de sequía y de calor causadas por el calentamiento en la otra cara del planeta. Nos atrevemos a decir que todavía nos va tocar ver cosas más extrañas, (con relación a la respuesta del planeta) es obvio que el clima está cambiando y por apuntar un ejemplo local cercano ¿Dónde han quedado los largos periodos que conocíamos del famoso sirimiri? Está claro que están desapareciendo.

La proliferación de los incendios también tienen cabida en esta carta, no solo por el daño que causan a la vegetación, a los animales salvajes por las emisiones de CO2 que producen sino porque suelen ocurrir en parte como consecuencia del cambio climático, falta de lluvias, aridez etc. y cómo no, por la actividad humana. Los incendios forestales producen un daño múltiple al quemar los bosques, pues estos mantienen la humedad, absorben el dióxido de carbono, producen oxígeno, fertilizan la tierra, etc.

Se estima que el 4% de los incendios se producen por causas naturales, (rayo, volcanes etc). En un 16% no se llegan a conocer con exactitud las causas; pero el %80 de ellos son producidos por el ser humano. De este 80% una tercera parte son consecuencia de «descuidos» como colillas, quema de rastrojos, (actividad que debería estar prohibida), por maquinaría agrícola, etc. y dos terceras partes son intencionados con intereses económicos (re-calificación de terrenos, aumento de las zonas para el ganado y agricultura etc).

Para explicar de manera más extensiva las causas de los incendios queremos poner tres ejemplos diferentes:

1/ El incendio de Australia duró prácticamente un año hasta su extinción (desde junio del 2.019 a mayo del 2.020). Las causas fueron naturales a consecuencia del llamado «Dipolo del Océano Indico», o «el Niño indio», pero con ayuda de un largo periodo de calor y de sequía. Otra consecuencia del Niño indio y del cambio climático es el calentamiento de las aguas de la Gran Barrera de Coral y que está produciendo la muerte de este.

2/ Los cada vez más frecuentes incendios de California, el 97% de ellos son provocados por el ser humano, siendo una zona donde los veranos son cada vez más largos y calurosos y en cambio los inviernos son secos, por lo que las condiciones para los incendios son idóneas.

3/ Arde la Amazonia. Aunque el presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro diga lo contrario, sigue habiendo incendios como claramente muestran los satélites que hacen fotos y que en casos como este desmienten las mentiras de algunos gobernantes. El caso del llamado segundo pulmón del mundo es muy singular, pues la superficie quemada se incrementa años tras año, con el agravante de que la tierra es muy frágil, pues después de dos cosechas deja de ser fértil y se erosiona.

Como colofón y para poder hacernos una situación de lugar de la producción de la contaminación global, consideramos necesario exponer la lista de los mayores emisores por países de CO2 siendo estos China, EEUU, India y Rusia (en este orden). Cabe mencionar que pese a que China sea el país más emisor, EEUU se lleva la palma en el ratio población-emisiones, ya que emite la mitad que China pero con cuatro veces menos población.

Hay otra lista que también es necesaria conocer, la lista de mayores emisores por habitantes de CO2 siendo estos Catar, Kuwait, Arabia Saudí. La particularidad de esta lista es que son grandes productores de petróleo, que su población no es especialmente grande y que son países con enormes índices de desigualdades y vulneración de derechos humanos.

 Las conclusiones del último informe el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) afirma que no hay absolutamente ninguna duda de que es la actividad humana a través de la quema de combustibles fósiles quien provoca la emisión de gases de efecto invernadero que “atrapa” el calor en la atmósfera y por consiguiente aumenta la temperatura del planeta. 

El calentamiento del planeta y sus efectos han dejado de ser ya un pronóstico científico para convertirse en una realidad presente que, según todos los indicios, tiende a agravarse, con los peligros que ello supone. 

Hay quienes se atreven a pronosticar cuántos grados subirá la temperatura 2, 3, 4… en las próximas décadas. Nosotros no jugamos a juegos de azar, decimos que la situación es gravísima y que es el propio ser humano quien pone en peligro la vida en este planeta.

La vida en la Tierra está en una carrera a contrarreloj para combatir el cambio climático, pero es el ser humano quien tiene que transformar radicalmente el modo de producción para reducir las emisiones de CO2. Los cambios meteorológicos nos están avisando que cada vez queda menos margen para conseguirlo. La salida a esta crisis civilizatoria, que amenaza con llevarse por delante la sostenibilidad de la vida en el planeta, no puede darse en la misma lógica socialmente desigual, patriarcal y colonialista. Somos las clases populares internacionales, las de abajo, las que tendremos que organizarnos y luchar para un cambio de sistema que no es únicamente justo, sino condición necesaria para la supervivencia humana en el planeta.

Tic, tac, tic, tac.

Piter Encinas eta Igor Urizar, miembros de Ekologistak Martxan de Arrasate

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