Gestión errática de residuos en Bizkaia. Ausencia de plan desde 2017.

Ahora que se cumplen 3 años desde que se derrumbara el Vertedero de Zaldibar, llevándose por delante la vida de 2 trabajadores, Joaquín y Alberto, y provocando el mayor desastre medioambiental de Euskal Herria hasta ese momento, es necesario seguir hablando de residuos y su gestión.

Por ello, queremos apuntar algunas claves que consideramos necesarias para garantizar una gestión eficiente, con garantías y pública. Para que un sistema de gestión de residuos urbanos sea eficiente, y acorde con el medio ambiente y la salud de las personas, las distintas fracciones deben recogerse de forma separada. Es especialmente importante que la fracción orgánica no esté mezclada con las otras fracciones, es decir, las de papel, envases ligeros, vidrio…, porque si lo está, separarlas es casi imposible. Ese es el principal reto que tiene Bizkaia: recoger toda la fracción orgánica de forma separada. Todo lo que no vaya en ese sentido aboca al fracaso a los planes de gestión.

La Diputación Foral de Bizkaia presentó en septiembre de 2022 el borrador del Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB), pendiente aún de aprobación y prorrogado desde 2016. Este documento, para el que ya se ha elaborado el Estudio de Impacto Ambiental Estratégico, expresa la imperiosa necesidad de recoger toda la fracción orgánica de forma separada. Pero reconoce que no cumplirá con la directiva europea que exige una recogida separada del 100%.

Numerosas entidades, entre ellas la Plataforma Zero Zabor Bizkaia-Zero Zabor Bizkaia Elkargunea, y Ekologistak Martxan, recogiendo el apoyo de sindicatos y entidades sociales diversas, presentaron Observaciones a dicho borrador del PIPGRB 2030.

Entre estas Observaciones-Alegaciones, se destacan:

  • En el Plan se estima que, para finales del periodo planificado, se generarán 134.000 toneladas de fracción orgánica por año. Pero solo se recogerán de forma separada 59.050 toneladas, menos de la mitad. De ellas, se planifica compostar únicamente 27.220 toneladas, cuando el compostaje es el procedimiento más eficiente y sostenible, tanto económica como medioambientalmente. Y se plantea la construcción de una planta de biometanización en Artigas, con una capacidad de 50.000 t/año. O sea, que el Plan reconoce que, si se recogiera todo el orgánico generado (134.000 toneladas), no podríamos tratarlo.
  • No se apuesta de forma decidida por sistemas como el de Pago por Generación (PxG), que se ha demostrado eficiente en otras regiones de Europa, Euskal Herria o el estado español. El PxG consiste en la implementación de sistemas de identificación de las personas usuarias, de forma que cada hogar pague por el residuo que produce, como sucede en otros servicios: agua, luz, gas, y no tarifa plana, igual para todos-as, independiente del residuo generado. En la definición de las actuaciones de las fracciones papel y cartón, vidrio, envases ligeros, aparecen textos como: “Se pretende estimular un cierto incremento a través de acciones de comunicación y sensibilización. Adicionalmente se valorará la idoneidad de aplicación de sistemas de Pago por generación (PxG)”. Parece que, desde que el PIGRUB, plan predecesor de este, terminara en 2016, ya debería haber habido tiempo para analizar dicha idoneidad. Y poder así adoptar medidas eficientes, sea PxG, sean beneficios o reducción de tasas a quien recoge selectivamente la fracción orgánica. La mayor parte de las actividades propuestas van dirigidas a sensibilizar a la población, lo cual es de gran importancia, pero no vale solo con ello.
  • La segunda fracción problemática es la de envases ligeros, la que se recoge en los contenedores amarillos. Dice el documento que solo se recoge un 33% de lo producido y que “… tiene un importante recorrido de mejora potencial…”. El Plan se plantea la recogida selectiva de un 75%, basándose en “acciones de comunicación y sensibilización”. ¿Será suficiente solo con la sensibilización? Sin embargo, no plantea actuaciones encaminadas a exigir transparencia y eficiencia a Ecoembes, quien se debería responsabilizar de la recogida y tratamiento de todo el volumen de envases producido, volumen que hoy es una incógnita.
  • En lo que respecta a la recogida y tratamiento de envases, se menciona, de una forma vaga y en una línea, la posibilidad de implantar Sistemas de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), sistema que en diversos países europeos se ha demostrado eficaz, hasta alcanzar un 90-95% de recogida selectiva de 4 tipos de envases. La Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados para una economía circular, ley estatal aprobada en abril de 2022, ya prevé la posibilidad de implantar este sistema en su artículo 59.
  • En el corazón del sistema se mantiene la incineración como tratamiento central. Y aunque se prevé la disminución de quemar residuos municipales hasta 85.000 Tns /año, abre la puerta a la incineración de Residuos Industriales, entre ellos los plásticos, generadores de alta contaminación y emisión de CO2 a la atmosfera.
  • La eficiencia de la planta de tratamiento mecánico biológico (TMB) sigue siendo pequeña y cuestionable. En el año 2030 solo se prevén recuperar 10.800 toneladas, un 6% de las 180.000Tns de residuos de entrada. Una cantidad inferior a la programada en el proyecto que puso en marcha la TMB, hace una década. Además, producirá 56.070 toneladas de CSR (Combustible Sólido Recuperado, eufemismo para residuos de plásticos y otros materiales no reciclados), con los cuáles todavía no se sabe qué se hará. Y otras 74.016, en forma de Rechazo o de Bioestabilizado, que serán incineradas.
  • El tratamiento de los CSR es un problema en Bizkaia. Aproximadamente el 80% del CSR se deposita en vertedero, porque nadie lo quiere como combustible. En el PIPGRB 2030 se establece como objetivo estratégico maximizar la valorización material de los residuos, que incluye como actividad A42 “Promover el desarrollo de una planta de tratamiento y valorización material de CSR, de iniciativa privada”. Pero, como indica la directiva europea, usarlos como combustible no es lo mismo que valorizarlos materialmente.

Y mientras tanto, se sigue planificando la apertura y/o ampliación de vertederos.

En la hoja de ruta, hecha pública el 17 de noviembre del año pasado por el Departamento de Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco (presentada por Arantza Tapia, responsable actual), se otorga a Bizkaia 4 vertederos para Residuos Industriales (Residuos No Peligrosos). El mayor de ellos en Artxanda, Bilbao, en terrenos que tanto el PGOU como el Plan Metropolitano de Bizkaia, otorgan para Parque Metropolitano. Estos vertederos proyectados contendrán celdas de fibrocemento (amianto), residuo peligroso contenido en celdas susceptibles de romperse, como se demostró en el derrumbe de Zaldibar. Su rotura deja el amianto al descubierto, esparciendo su toxicidad en el ambiente y población cercana.

Nadie queremos vertederos cerca de nuestras viviendas, menos si no tienen garantía de suficiente control. Por ello, si ha de haber vertederos de transición, hasta alcanzar el vertido 0, éstos deben ser públicos, con control estricto, tramitados con transparencia y de forma democrática y estableciendo plazos para su cierre, descontaminado y sellado. Vertederos que respeten las normativas urbanísticas de cada municipio y asimismo acordes al medio ambiente y salud de la ciudadanía. El vertido de los residuos, sean municipales o industriales, es la última opción en la jerarquía del tratamiento de residuos y para ello se precisa de verdaderas políticas de Reducción, de Reutilización y de Reciclaje que promuevan la utilización del residuo donde se produce el mismo.

Bilbao 31 de enero de 2023.

Área de Residuos de Ekologistak Martxan-Bizkaia

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